¿Quieres un seguro de auto que sí te cuide de verdad?
Todo en línea. Reclamos más rápidos.
Servicio inmejorable.
Vas manejando por carretera y, de repente, se prende el icono de baja presión en una llanta. Te orillas, revisas y confirmas que tienes una llanta ponchada. ¿Sabes qué hacer? No te preocupes, aquí te enseñamos cómo cambiarla en 5 pasos sencillos.
1. Reúne las herramientas necesarias
Antes de empezar, asegúrate de tener todo lo necesario para realizar el cambio:
Llave de cruz o de tuercas para aflojar los birlos.
Gato hidráulico o mecánico para levantar el auto.
Llanta de refacción en buen estado.
Trapo o guantes para protegerte las manos.
Si cuentas con todo, estás listo para comenzar.
2. Afloja las tuercas antes de levantar el coche
Uno de los errores más comunes es intentar quitar la llanta cuando el auto ya está levantado. Esto puede hacer que la llanta gire sin soltar los birlos, dificultando el proceso. Para evitarlo, usa la llave para aflojar las tuercas cuando el coche aún esté en el suelo. No las quites del todo, solo aflójalas.
3. Coloca correctamente el gato y levanta el coche
Ubicar bien el gato es clave para evitar accidentes o daños en la carrocería. Busca el punto de soporte del coche, que suele estar cerca de las llantas y marcado con una pequeña hendidura. Si no estás seguro de dónde colocarlo, revisa el manual de tu auto.
Levanta el coche lentamente hasta que la llanta ponchada quede totalmente suspendida.
4. Retira la llanta y coloca la de refacción
Ahora sí, quita las tuercas por completo y retira la llanta con cuidado. Si notas que no sale fácilmente, es posible que necesites levantar un poco más el coche con el gato.
Coloca la llanta de refacción asegurándote de alinear correctamente los huecos con los birlos. Esto evitará problemas al ajustarla.
5. Ajusta las tuercas y baja el coche
Coloca las tuercas nuevamente y apriétalas con la mano. Luego, baja el coche poco a poco con el gato hasta que la llanta toque el suelo. Finalmente, usa la llave para ajustar bien las tuercas con firmeza.
Conclusión
Cambiar una llanta puede parecer complicado, pero con estos cinco pasos puedes hacerlo rápido y seguro. Recuerda revisar la presión de la llanta de refacción periódicamente para asegurarte de que esté en buen estado cuando la necesites. Además, si quieres evitar imprevistos en carretera, sigue nuestras publicaciones para más consejos que te ayudarán a cuidar tu auto y manejar con tranquilidad.